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  • Foto del escritorAdriana Alejandra Alarcón Barajas

Un nuevo modelo de desarrollo en el continente africano

Actualizado: 15 nov 2021

Por Adriana Alarcón (Publicación para MakerZone)


La palabra desarrollo en los últimos 60 años ha sido sinónimo de progreso, democracia, buena gobernanza, bienestar, urbanización, etc. Sin embargo, todo esto bajo estándares dominados por la cosmovisión moderna y desarrollista occidental, que inclusive ha logrado despolitizar los ideales eurocentristas, al referir como un término aspiracional. Empero, existe un gran dilema en qué significa y qué implica el desarrollo.

Para el politólogo nigeriano, Claude Ake, el desarrollo no es crecimiento económico; no es un proyecto técnico, sino un proceso por el cual las personas se crean y recrean a sí mismas y a sus circunstancias de vida para alcanzar niveles más altos de civilización de acuerdo con sus propias elecciones y valores. El desarrollo es algo que las personas deben hacer por sí mismas. Asimismo, John Clark afirma que el desarrollo consiste en un proceso de cambio que permite a las personas hacerse cargo de sus propios destinos y realizar todo su potencial. Requiere la creación en las personas de la confianza, las habilidades, los activos y las libertades necesarias para lograr este objetivo.


Por otro lado, la ONU, opina diferente, bajo el ideal del ahora desarrollo sostenible que busca fomentar la prosperidad y las oportunidades económicas, un mayor bienestar social y la protección del medio ambiente, el cual asegura ser el mejor camino a seguir para mejorar la vida de la población. Por lo cual, es necesario plantearse la pregunta de ¿a qué costo? Ya que se busca que cumplan la condición de sacrificar aquellas “especificidades” de su cultura heredada que están en conflicto con las lógicas fundamentales de la expansión capitalista.


Ergo, al analizar la definición occidental, los mal llamados países marginales (subdesarrollados, “Cuarto Mundo”) son en realidad los que han sido sobreexplotados de un modo brutal, y, por lo tanto, son países empobrecidos, no países situados al margen del sistema. Lo anterior ocasionado por la intensidad de su integración a la fase inicial de la expansión global del capitalismo (mercantilismo/esclavismo).


En comparación, las dos definiciones dadas por los autores previamente mencionados tienen en común en que las personas (llámense habitantes o ciudadanos) son las que llevan a cabo este “progreso” porque ellos son los que saben cuáles son sus necesidades y oportunidades. Por ende, esto implica la deficiencia de implantar cualquier forma de desarrollo, por parte de un agente externo. Ya que solo representa que este va a plantear sus propias necesidades para su desarrollo, para su propio beneficio, y después podrá existir tal vez un beneficio para el explotado. No obstante, China y África no son la excepción, porque, aunque China presuma tener un modelo meritocrático-autoritario y de ser un Estado “socialista” con economía de mercado, esto no lo libra de seguir el sistema capitalista, bajo la creación de una nueva institución.

De este modo, las Corporaciones Transnacionales, parecen dictar lo que es más favorable para sus estrategias particulares. En este contexto, la globalización no ofrece soluciones a ninguno de los problemas de África. Las inversiones privadas extranjeras directas en África son insignificantes y se concentran exclusivamente en los recursos minerales y otros recursos naturales.


La alternativa, desde el punto de vista africano, deberá combinar la construcción de economías y sociedades autocentradas y la participación en el sistema global. Sin embargo, en este punto, es importante diferir con el autor, ya que este solo se enfoca en la composición del sistema capitalista que lo engloba, pero no toma en cuenta que gran parte de los países africanos no pueden generar un desarrollo por la falta del cumplimiento con el concepto de Estado-nación, no existe una identidad, en especial por componerse en su mayoría como Estado-tribu. Y aunque China, quiera ofrecer un modelo “distinto” de desarrollo, al fomentar la urbanización, esto se sigue reproduciendo por la inestabilidad en el modelo de Estado, sin hacer referencia a la democracia, que se asume no es de interés chino.

Desde otra perspectiva, Dos Santos afirma que es necesario que el público en general pueda influir más claramente en las políticas de estas corporaciones, instituciones y aparatos burocráticos. La democracia se funda en la ampliación de los poderes de los ciudadanos para influir en las decisiones fundamentales de la nación. En otras palabras, el logro de la democracia está directamente vinculado a la superación de la actual oleada de subdesarrollo en África y otros países del tercer mundo. En este caso, la prescripción de base externa de las potencias occidentales representadas por las instituciones de Bretton Woods, los organismos donantes bilaterales y los gobiernos donantes es que la democracia liberal precede al desarrollo.


Pese a lo cual, no se toma en cuenta como inversionista al gobierno chino, o alguna nueva institución. La política exterior de China no involucra procesos democráticos, y no suele ser ambivalente en su política interna y externa. Esto, podría provocar que no exigiera una democracia para fomentar proyectos de desarrollo, y que existiese otro modelo de desarrollo enfocado principalmente en el beneficio chino. Pero como ya se estableció previamente, aunque existiese otro tipo de desarrollo, se sigue creando bajo la definición de modernidad del capitalismo, no bajo un ideal occidental. Porque, lo que se desarrolla es únicamente la economía-mundo capitalista y esta economía-mundo es de naturaleza polarizadora. Por tanto, el modelo que se está y se ha implementado de desarrollo, no generará algún cambio porque las condiciones, el contexto sigue siendo el mismo, el capitalismo.

 

Fuentes:


Amin, S. (2005). El Cuarto Mundo: subdesarrollo endémico en África. Recuperado de: https://es.scribd.com/document/424165827/Cuarto-Mundo-Subdesarrollo-Endemico-en-Africa-S-Amin


Amin, S. (2006). Las derivas de la modernidad. El caso de África y del mundo árabe. En publicación: Política y movimientos sociales en un mundo hegemónico. Lecciones desde África, Asia y América Latina. Boron, Atilio A.; Lechini, Gladys. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires. Julio 2006. ISBN 987-1183-41-0 Recuperado de: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/sursur/politica/PICtres1.pdf


Dos Santos, Theotônio. (2007). Globalización, crecimiento económico e integración. En publicación: Repensar la teoría del desarrollo en un contexto de globalización. Homenaje a Celso Furtado. Vidal, Gregorio; Guillén R., Arturo. (comp).ISBN: 978-987-1183-65-4. Recuperado de: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/edicion/vidal_guillen/05DosSantos.pdf


Gumede, V. (2019) Rethinking and Reclaiming Development in Africa. Recuperado de: https://www.researchgate.net/publication/340396375_Rethinking_and_Reclaiming_Development_in_Africa


Gumede, W. (2018). How China is changing democracy in Africa. junio 02, 2020, de news24 Sitio web: https://www.news24.com/news24/Columnists/GuestColumn/how-china-is-changing-democracy-in-africa-20180823


Wallerstein, I. (2015). La crisis estructural, o por qué los capitalistas ya no encuentran gratificante al capitalismo. Recuperado de http://geopolitica.iiec.unam.mx/sites/default/files/2017-08/Wallerstein_Tienefuturoelcapitalismo.pdf


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